Responsabilidad Social
Las poblaciones más necesitadas en las áreas rurales de los países en los que llevamos a cabo nuestras operaciones, atraviesan una situación sumamente difícil ante el alza en el costo de los alimentos, los cuales son importados desde los países que generan los grandes excedentes de granos a nivel mundial.
La principal actividad económica en estas poblaciones rurales generalmente es la producción de maíz y otros cultivos bajo condiciones de subsistencia, con una muy baja productividad agrícola. Bajo estas condiciones, la producción agrícola es insuficiente para cubrir las necesidades de alimentación de las familias en estas poblaciones, por lo que el déficit debe ser comprado en el mercado a precios que, como dijimos, son cada vez más altos.
Desde el 2006, a través de una alianza con la institución HELPS International, hemos implementado exitosamente una serie de proyectos a través de los cuales se han alcanzado dramáticos incrementos en la productividad agrícola en la producción de maíz en muchas comunidades rurales de Guatemala, El Salvador y Honduras; pasando efectivamente de una agricultura de subsistencia a una agricultura excedentaria en la cual la producción agrícola cubre las necesidades propias de las familias en las poblaciones, y además genera un excedente que los agricultores comercializan en los mercados locales y regionales y que les representa ingresos disponibles para la demanda de todo tipo de bienes y servicios; elevando así su nivel económico de vida, y alcanzando el desarrollo rural.
En estos proyectos, a través de nuestros técnicos agrícolas se introducen una serie de prácticas agrícolas básicas, y además les facilitamos a los agricultores los fertilizantes y otros insumos esenciales para alcanzar altos niveles de productividad agrícola.Los resultados son dramáticos, típicamente triplicando la producción de la cosecha por unidad de área de cultivo. Al conjunto de estos proyectos lo denominamos el programa Maíz para Todos.
Este programa dio inicio en Santa Avelina, Quiché en Guatemala en el año 2006. Gracias al éxito del mismo, éste ha sido replicado en 35 comunidades más en Guatemala, así como en El Salvador, Honduras, Nicaragua y Colombia.
Como algo complementario, gracias a los aportes voluntarios de muchos de nuestros colaboradores, en las comunidades en las cuales hemos desarrollado el programa Maíz para Todos hemos dotado a las familias de los participantes del programa con estufas de leña y filtros purificadores de agua. Las estufas reducen el consumo de leña en más de un 70%, y evitan quemaduras, complicaciones respiratorias y otros graves efectos derivados de los ambientes con alta concentración de monóxido de carbono que existen bajo los fuegos abiertos que tradicionalmente son utilizados dentro de las viviendas en las comunidades rurales.